Martes, 4 de septiembre de 2012
El día no pintaba bien. Hacía varios días que me dolía la cabeza,
no con tanta intensidad como otras veces pero lo suficiente como para pensar en
tomar algo. Además, ¡¡alegría!!, también las cervicales amenazaban con no
dejarme tranquila y, efectivamente, de camino al trabajo el dolor en el cuello
ya era más intenso.
Trabajar delante de un ordenador no ayuda mucho, todo lo
contrario, así que a primera hora ya me estaba "chutando" con
Ibuprofeno. A media mañana no me encontraba mejor y ya estaba pensando en la
tarde, ¿sería correcto salir a correr hoy?.
Después de la cursa del domingo (Sta. Coloma) había estado
hablando con Mesé (una chica que por suerte conocí en el super evento
"tontatlon", "tolon-tolón" o lo que sea, y que dio la
casualidad que es del barrio) sobre salir a entrenar juntas por la Diagonal
pero al fin y al cabo, si habíamos hablado de salir era para el jueves pero
sobre el martes no habíamos dejado nada en claro, "nos hablamos"
habíamos dicho. La verdad, no quería que pensara que era una rajada.
Tarde en la mañana oigo el silvido tan inconfundible de mensaje en
el móvil y, lo que más temía, mensaje de Mesé preguntándome si hay entreno
conjunto. "¿Qué hago?, ¿justo hoy me tengo que encontrar así?" y le
contesto con sinceridad, no sé si me encuentro en condiciones, si los chutes me
lo permitirán... Pero quedo en confirmárselo más tarde consciente de que
todavía quedan unas cuantas horas por delante y todo puede pasar.
Una vez en casa y después de unas horas parece que mi cuello
vuelve a un estado bastante aceptable y el dolor de cabeza ha desaparecido.
Además, veo comentarios en el FB del grupo Paral.lel que hacen que poco a poco
me vaya animando, sobretodo mi yo más competitivo.
-Mesé, a las 20h en Diagonal-, ese es el mensaje que le envío y
con él, ya no había vuelta atrás. Le siguen unos mensajes más para dejar claro
cuál es el punto de encuentro que en realidad no tiene complicación alguna pero
con los miedos de "la primera vez", empiezo a dudar de todo.
A la hora que calculo me permite llegar a tiempo al punto de
encuentro salgo de casa y en un momento (siempre es menos de lo que imaginaba),
ya estoy plantada en el inicio de la Diagonal. A pesar de que tengo claro de
por dónde tiene que venir Mesé, voy mirando a un lado y a otro, no sé si es que
quizá pienso que me quiera dar un susto o qué. Al ver que no aparece reconozco
que me vienen pensamientos negativos como el típico "espero que no sea de las
que da plantón" pero miro el GPS que por fin ha localizado los satélites y
no, "si todavía faltan 5 minutos". Y yo pensando mal, ridículo.
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Nati y Mesé, el tandem de " La Sucusal" |
A la hora acordada y por el lado en era normal que llegara la veo
y también ella a mí, nos saludamos en la distancia. Un minuto más tarde ya nos
estamos saludando, ella disculpándose por llegar tarde, -no, para nada, si es
la hora en punto- y preguntándome por el cuello -nada, superado, parece que va
bien-. ¿El ritmo de entreno? Mejor vamos viendo sobre la marcha.
Empezamos sonrientes, con ganas, y viendo que no somos las únicas
entrenando. Hay un momento que hasta es conflictivo, entre bicicletas,
patinadores, peatones y un gran grupo de corredores porque además, a todos nos
da por ir por el lado del carril bici. -Creo que son de la Nike- le comento ,
justamente había estado chafardeando en la página de esa marca aunque me había
parecido entender que quedaban los jueves y ayer no lo era. Eran un grupo muy
numeroso, mixto, e iban con buena marcha, aunque eso no evitó que les fuéramos
pillando cuanto más arriba subíamos.
Íbamos tranquilas, a un ritmo agradable, pasando calles,
semáforos, acercándonos cada vez más a la meta del punto medio, que era el
Parque Cervantes.
Pasamos al "pelotón Nike", al parecer no iban con tan
buena marcha.
Ya más cerca del parque, con un desnivel bastante pronunciado, nos
miramos y le comento a mi parteneaire: -llevamos 3km, ¿subimos un poco más?-
-Vale- y seguimos subiendo. Pasados unos metros, le vuelvo a comentar -ahora
llevamos 3.2, todavía faltan unos cuantos hasta la mitad de nuestra meta
establecida, ¿qué hacemos?-, -damos la vuelta aquí-, -ok-. Lo cierto es que la
subida es ya muy pronunciada y no combiene tentar a la suerte en nuestra
primera salida conjunta.
Nos pasan los de Nike -vaya, pues no tan buena marcha pero sí más
fondo... Es cosa de días que lo arreglemos-.
La bajada ya es otra cosa. Cuando estamos pasando por el Palacio
de Pedralves nos preguntamos mutuamente cómo vamos y a las dos nos parece bien
el ritmo, llevamos ya 4 km y Mesé me comenta que lo lleva mucho mejor que la
cursa de Sta. Coloma, yo le digo que por el tiempo llevamos aproximadamente el
mismo pero con un ritmo más uniforme.
Después de esto, ya no hay muchos más recuerdos del resto de
recorrido, hasta los metros finales. Después de llegar al final (o inicio) y
dar la vuelta para poder hacer los 7km, a falta de unos metros, insto a Mesé
para que intente hacer un spring. Da igual lo poco que sea pero yo siempre lo
recuerdo como el último esfuerzo, porque siempre se puede dar algo más, porque
ya no hay nada que pueda pasar... Para mí es como la victoria, aún no habiendo
llegado a ella.
Y sí, lo hacemos, un spring que nos lleva al final y cuando estoy
a punto de parar el crono en el reloj, me doy cuenta de lo que veo y
rápidamente -Meséeeee!!!, no te pares, todavía no son los 7km!!!!!!!!!- y
vuelta para arriba para los últimos metros. Creo que en esos momentos me
maldice por haberle traicionado, después de ese genial spring en que había dado
todo de sí... Pero por suerte rápidamente llegan los 7km y todo se olvida.
Contentas, muy contentas, ¡¡¡lo hemos conseguido!!! Le miro
incrédula, hace poco menos de 1h que estábamos empezando y ahora ya estaba,
¡nos felicitamos! Y lo mejor de todo, estoy cansada pero no noto dolor alguno,
o haber hecho un esfuerzo fuera de lo normal, o haberme agobiado. Simplemente
la vuelta había pasado sin más, fluyendo, ahora entiendo el "be water, my
friend" del tal Lee.
En el trozo de camino conjunto todo son sonrisas, alegría. Nos despedimos
muy animadas, no sabiendo si el jueves coincidiremos, si será aquí o allá, con
el ya típico "lo hablamos".
Ya sola en el camino, sigo con mis pensamientos e intentando
recordar qué ha pasado en el recorrido, ¡¡si no me he enterado!! Al menos es lo
que yo pienso. Y más tarde en la noche recibo un mensaje de Mesé, diciendo que
se siente como nueva, y me doy cuenta de que a ella le debe de haber pasado
algo muy similar.
Así que por fin, ahora sí, podemos decir que LA SUCURSAL DE
DIAGONAL HA
QUEDADO INAUGURADA.